Si estás leyendo esto, es porque seguramente estás familiarizado con ese miedo paralizante que te hace horrorizarte con la sola idea de hablar frente a un grupo de personas. Es un miedo bastante común, que puede sentirlo hasta la persona con más confianza en algún momento de su vida. Sin embargo, no por eso deja de ser incómodo. El miedo escénico deja tu mente en blanco, hace que tus manos tiemblen, comienzas a sudar y no te salen las palabras.
Todos queremos evitar esta situación, porque el miedo escénico puede hacer que nos paralicemos en un momento decisivo para nuestra carrera profesional, por ejemplo.
Es importante que sepas controlar este miedo para que no interfiera con áreas importantes en tu vida. Es más fácil decirlo que hacerlo, pero aunque no lo creas, disfrutar de hablar en público ¡es posible! Tan sólo necesitas aprender algunas habilidades para controlar el efecto paralizante del miedo, y usarlo a tu favor. A continuación, encontrarás una serie de consejos prácticos que puedes utilizar cada vez que necesites controlar tu miedo escénico.
5 consejos útiles para superar el miedo escénico
Prepárate con antelación
Puede sonar algo obvio, pero es lo que determinará que un discurso sea exitoso. Si te has preparado bien tendrás la seguridad de dominar a la perfección el tema del que vas a hablar. Además, si te pierdes será mucho más fácil recuperar el hilo. Al manejar tu discurso con soltura te pondrás menos nervioso, y aunque te pongas nervioso el discurso será excelente porque estará planeado. Asegúrate de preparar adecuadamente tu discurso y de practicarlo tantas veces como sea posible antes del gran día.
Para preparar tu presentación con éxito, asegúrate de tener bien en claro el tiempo que tienes para prepararla y practicarla. Esto te ayudará a dividir los días que tienes para dedicarle un tiempo considerable a cada tarea. Asegúrate de que tu presentación esté bien estructurada, sea clara y fácil de seguir. No uses palabras extremadamente difíciles o frases muy enrrolladas si sabes que con ellas tienes más probabilidad de trabarte. Además, no intentes aprenderte tu discurso de memoria porque como te olvides de una palabra te olvidas del discurso entero. Más bien, intenta tener una estructura general de los temas que tratarás y ve hablando con naturalidad. Recuerda: mientras más practiques, más seguro te sentirás.
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Si puedes, visita el lugar en el que darás tu discurso
Aunque esto no siempre es posible, conocer el lugar y visualizarte allí hablando es altamente recomendable para ganar confianza. Podrás sentirte tranquilo sabiendo la distribución de la sala, las luces y los espacios. Esto porque te imaginarás el momento del discurso y te parecerá algo menos desconocido, y por ende, menos amenazante.
Si puedes practicar allí, mucho mejor. Podrás manejar tu ansiedad de manera más efectiva, porque te familiarizarás con el lugar en el que hablarás. Además, si utilizas algún recurso como material audiovisual, también podrás asegurarte de que no existirán problemas técnicos en el momento de la presentación.
Llega con algunas horas de antelación el día de tu discurso para irte situando en el ambiente. De a poco aumentará tu comodidad. Si puedes, habla con algunas personas de tu público conforme vayan llegando: conocerlos calmará tus nervios.
Relájate antes de subir al escenario
Si ya subes hecho un manojo de nervios no podrás desenvolverte de manera correcta. Intenta calmar tu cuerpo y mente antes de subir, ésto te servirá para aclarar tus ideas y para que los nervios no te paralicen. Por ejemplo, es conveniente estabilizar tu voz, asegurándote de que está en buen estado. Haz ejercicios de calentamiento, tararea una canción, haz gárgaras, lo que te funcione a ti. Todas estas preparaciones antes del gran momento te darán la tranquilidad de que todo saldrá bien.
También es muy importante controlar tu discurso interno, lo que te dices a ti mismo. Asegúrate de llenar tu mente con afirmaciones de tranquilidad y positividad, como “todo va a salir bien”, o “puedes hacerlo”. Es vital que estés de tu lado en este momento, apoyándote.
Para relajarte, también puedes intentar técnicas de respiración. Si no conoces ninguna, algo que nunca falla es respirar lo más hondo que puedas unas 5 veces. Tus pulsaciones disminuirán y te sentirás más tranquilo instantáneamente. Por otro lado, para liberar la tensión corporal puedes realizar estiramientos o simplemente mover el cuerpo. Haz círculos con tu cabeza, descarga la tensión en los hombros, estira la espalda, mueve piernas y brazos de un lado a otro. Tu cuerpo se sentirá mucho más cómodo a la hora de salir al escenario.
Si tienes trucos o rituales específicos que sabes que funcionan para ti, no dudes en utilizarlos. Comer chicle antes de subir al escenario, meditar, llevar determinada prenda de vestir, escuchar cierta canción o tomar café o una bebida energética, todo vale. Y por último, no te apures. Tómate el tiempo que necesites para relajarte lo más posible antes de dar tu discurso.
Durante el discurso: controla tu ansiedad
Asegúrate de mantener la calma ante todo. Si te empiezas a poner nervioso, cuida de no acelerar tus palabras, ya que hay más posibilidades de que te trabes y que los demás no puedan entenderte bien. Date 5 segundos, respira hondo, mira al frente y comienza por donde lo habías dejado. Si cometes un error no le des importancia, corrígelo y continúa. No hay necesidad de apresurarse, lo más importante es que mantengas la calma.
Céntrate en lo que estás diciendo y en cómo lo dices, más que en lo que los demás puedan estar pensando. Cuida tu comunicación no verbal, muévete por el espacio y muestra confianza. En cuanto a tu voz, intenta mantener en un nivel medio tu volumen, tu velocidad y tu tono (excepto cuando quieras hacer énfasis en algo). Utiliza el sentido del humor, provocar una sonrisa en tu audiencia hará que te sientas mucho más cómodo.
Aprende a disfrutar de hablar en público
En nuestras vidas tendremos que dar seguramente muchos discursos. Ya sea en un ámbito académico o laboral, saber comunicar y hablar con confianza es crucial para dar a conocer tus ideas y avanzar en tu carrera. Lo cierto es que para desempeñarte adecuadamente al dar un discurso debes aprender a dejar tu miedo de lado y muchas veces no podemos hacer esto sin antes aprender algunas habilidades básicas. Pero eso es lo bueno: ¡todo puede aprenderse! Incluso es posible aprender a disfrutar de hablar en público.