El éxito es posible para todos. Si tienes un sueño que quieres cumplir, un objetivo para lograr, puedes hacerlo. Así que anímate y alcanza tus metas. Sabemos muy bien que puede que no sea tan fácil como suena. Por eso queremos ayudarte.
Existen estrategias, pasos y claves fundamentales para cumplir las metas que nos proponemos. Necesitamos educar nuestra mente, mejorar las actitudes, tener más claridad en lo que deseamos y enfocarnos en un paso a paso que nos lleve hacia el cumplimiento de las metas.
Ahora bien, trabajar en la mente y las actitudes toma tiempo, toca desprendernos de creencias limitantes, hacernos conscientes de nuestras habilidades, aprender a medir las oportunidades y tomar decisiones coherentes con los objetivos.
Desafortunadamente la educación formal no se enfoca mucho en este tipo de conocimiento, por eso es importante que te apoyes en recursos, que leas, e incluso escuches audios que te permitan descubrir la mejor forma de lograr tus metas.
Nuestra invitación es a que te lo propongas, alcanza tus metas siguiendo los pasos que te compartiremos.
Ten en cuenta que existen métodos que te ayudan a preparar tu mente, y tus actitudes, que te permiten alcanzar mayor estado de claridad respecto a tus metas y potencian tu rendimiento.
Uno de estos métodos es la terapia de sonido, y te tenemos la mejor opción, así que sigue leyendo porque al final de este artículo encontrarás una excelente oportunidad de trabajar en ti mismo para tu éxito personal.
Estos son los pasos que debes dar para lograr tus metas:
#1: Trabaja en tu autoconfianza
Es importante tener autoconfianza, porque de eso dependerá tu actitud al encarar circunstancias adversas. Muchos comienzan a trabajar en alcanzar una meta sin detenerse a construir un buen nivel de confianza en sí mismos.
Entonces sucede que comienzan a trabajar en base a una estrategia, pero en cuanto se presenta la primera dificultad abandonan, pues sienten que no serán capaces de poder cumplir la meta.
Debes incrementar el nivel de confianza en ti mismo, esto es fundamental antes de comenzar si quiera a escribir tu plan de acción.
Un buen nivel de confianza te ayudará a encarar las dificultades e incluso el fracaso. La diferencia entre una persona que vive sus sueños y otra que no está en que la primera ha asumido sus fracasos desde una perspectiva positiva porque confía en sí mismo. Mientras la segunda ha visto en el fracaso una señal para no continuar por no tener la capacidad para hacerlo.Así que trabaja en tu confianza, para ello debes hacer una lista de tus fortalezas, de tus habilidades, de todo lo positivo que te permitirá alcanzar tus metas, cuando enfrentes dificultades piensa en que podrás superarlas porque tienes el potencial para ello.
#2: Alcanza tus metas con un compromiso contigo mismo
Luego de que trabajes en tu autoconfianza, necesitas establecer un compromiso contigo mismo. Es importante dar el primer paso, porque si no confías en ti no podrás comprometerte contigo, ya que pensarás que es una pérdida de tiempo pues no cumplirás tu compromiso.
Necesitas hacer memoria y recordar todas esas veces en las que sí has logrado cumplir con tus tareas, responsabilidades y cómo esto te ha beneficiado.
Te ayudará porque tendrás argumentos para establecer un pacto contigo mismo. De manera que cuando estés por abandonar pensarás que debes seguir por tu compromiso, porque así tendrás otra experiencia positiva para seguir creyendo en tu palabra.
Ocurre muchas veces que cuando comenzamos una dieta y no asumimos un compromiso abandonamos porque igual no estamos perdiendo nada.
Eso quiere decir que tu compromiso debe suponer un premio. Te comprometes contigo y a cambio del cumplimiento recibes un premio, que es la meta alcanzada. Esto nos lleva al siguiente paso.
#3: Visualiza cómo será cuando alcances tu meta
Ahora que ya confías en ti, y que te estás comprometiendo a lograr tus metas, tienes que visualizar cómo será todo cuando ya la hayas alcanzado.
La importancia de este paso está en que te hará desear mucho más cumplir con tu meta, para poder experimentar lo que has visualizado.
Por eso te recomendamos que tu visualización sea lo más clara que puedas, debes vivir las sensaciones, la emoción, debes ver el rostro de tu familia o amigos en cuanto estés compartiendo la noticia de que cumpliste tu meta.
Pregúntate por los beneficios, qué beneficios te genera tu meta, de esa forma tendrá más valor para ti y no querrás abandonar hasta cumplirla.
Trabaja en estos tres pasos previos, y verás cómo los siguientes pasos serán muy fáciles para dar.
#4: Llegó el momento de convertir tu meta en objetivo
Las metas no pueden ser simples sueños. Un “ojalá yo pudiera” no es suficiente para alcanzarlas. Puede decirse que el ojalá permite identificar qué es lo que realmente queremos, pero hasta allí.
Necesitas convertir tu meta en un objetivo, así que ahora es momento de llevar tu sueño a otro nivel. La forma en que lo haces es sumándole un verbo de acción.
Los objetivos son instrucciones acerca de lo que se quiere. Así un “ojalá yo fuera médico”, se convierte en “Lograr alcanzar mi título universitario”. Ese lograr es el verbo que te moverá.
Pero antes de este paso debes dar los anteriores, pues así contarás con una mentalidad y actitud coherente para convertir tu sueño en meta y tu meta en un objetivo que te lleve a la acción.
Así que alcanza tus metas convirtiéndolas en objetivos. Ten en cuenta que convertir en objetivo tus metas significa también que debes escribirlas.
#5: Crea tu plan de acción
El último paso que te regalaremos para que sigas es crear tu plan de acción.
Tu plan de acción debe indicar pasos claros que te irán llevando a tu objetivo que es tu meta final.
En este sentido, necesitas fragmentar tu meta, convertirla en pequeñas metas. La razón por la que esto te ayudará es porque podrás darte cuenta si vas o no en la dirección correcta a medida que vayas cumpliendo tus pequeñas metas.
Este paso también te ayudará a mantenerte motivado. Pues a medida que obtienes pequeños logros te darás cuenta que es posible, que sí tienes el potencial y seguirás avanzando.
Querer lograr una gran meta sin tener en cuenta factores como tiempo, preparación y los avances que se necesitan dar, es un gran error.
Por ejemplo, un atleta no va a las olimpiadas sin antes preparar su mente y su cuerpo mediante entrenamientos, y sin participar en competencias previas.